domingo, 29 de marzo de 2020

Coins







Did I call you last night? 
I understand the shadows and the stream now. 
I flew with knowledge 
and landed on the sidewalk
with a joint stained in red lipstick. 
Oh, I miss the smashing buildings
 filling my little southern face. 
Your hand in my neck. 
Your New York style in the air. 

Have you ever learned musicians 
are true only in rewards of silence? 
Just put two coins on your eyelids. 
I'll follow you through the path of Charon. 
I'll play sounds of water
and darkness
and despair. 
'Cause even luck is bright
when it comes to death. 

martes, 31 de diciembre de 2019

The way we jump

Cada pared fue menos alta. 
No pude dejar de saltar 
cuando los muros encontraban
la polvorosa despedida
de la casa
de las cosas
de las gentes
y las formas en que las gentes 
se organizan 
en círculos 
en cofradías 
en bandas de rock.
Cuando ningún desgarro 
es conocido
hasta el tirón 
y los días son tirones 
en que 
decidís 
saludar al viejo del almacén 
hojear mil revistas
mirar bien la plaza
llenarte
de 
esas
rutinas 
de mierda
dichas con orgullo 
como punto de origen. 
Esa mierda es el calor 
que lleva mi sangre. 
No pude dejar de saltar
cuando todo se abría 
sin fronteras 
sobre el cielo barrial. 
Ya se van.
Ya me voy
masticando
el premio
a la rebeldía 
de frente a sajones desafíos. 
Chau de agua.
Chau de polvo. 
Chau de desierto. 
Everlasting loved ones. 

viernes, 7 de junio de 2019

Marisma

La ola que lo envuelve.

La ola que abismalmente

lo separa

 de la luna,

del álgebra,

de los colores,

de la costa.

La ola que ha partido

de un punto cualquiera

con la patente intención

de expulsarlo.

Creemos que salimos del agua

a lugares firmes.

¡Cuánto erramos!

El mar es la tierra

continuamente nocturna.

martes, 22 de enero de 2019

Yinadeivis



Todos los paisajes
a través del parabrisas
se me figuran hoy
como el último chiste.
Soy esa imagen manchada de insectos
en la ruta escuálida de Mendoza.
Los baños agridulces
de una estación de servicio
hablan de esos tiempos.
Una galería de escudos de fútbol,
de monigotes,
de felicidades anónimas.
Quería que me vieras
analógicamente a tu lado.
sin el filtro del sol ni del otro.
Soy más pequeña que mi retrato.
Ya no te asustés más.
Lo que no pudo cambiar
se volvió espacio sideral.
Ya no miro road movies.
Dejó de importarme.

sábado, 20 de octubre de 2018

Lagri-mal



Hubo un tiempo en que el dolor
fue un gesto austero.
Las caras de Jano
dieron
a la humanidad
la primera incertidumbre:
juzgar la guerra o la paz
como soluciones posibles.

Las historias eran templadas.
La espera de Penélope
era una madeja.
La maldad del mundo,
apenas un molino.
El espacio del llanto
transformó el orbe.


Hubo entonces,
intentos
de rastrear
de la lágrima,
el génesis.
Hubo un grupo de licenciados
definiéndola
en los bordes del otoño.
Hubo coordenadas precisas
en el silencio de Atacama.
Hubo científicos
vertiendo incluso,
la sangre
de quienes amaban.
Una prueba empírica
debió perderse en la nada.


Hubo  una larga cronología
de plañideros.
La enumeración
de acuíferas inmensidades.
De ojos negros y pardos.
De ojos azules, verdes,
violáceos  y amarantos.
Se tuvo a Homero en la cuenta
de los ojos blancos.

Y con todo esto, 
se alcanzó arremolinar más el caos.
De codos en la ventana,
con los labios levemente separados,
en postal de noticia estúpida
está el que descubre
el despliegue barroco
de llorar.
En la pampa extensa
es la obviedad
que consuela  los siglos.
Y  persiste.

#otoño   Concurso #otoño Zenda libros

miércoles, 10 de octubre de 2018

FOCUS



No se astillará un leño
en llamas más altas
que la del fuego
que trepó por vez primera
el oxígeno del mundo.
Que extirpó el frío de las pieles simiescas.
Que se entendió con las piras funerarias.
Que hizo de Troya, una traza. 
Que advirtió el castigo a los herejes.
Que insistió en las tribus americanas.
Que se abrió perpetuo sobre las ciudades.
Que fingió ya no herir más nada.
No. No habrá una llama más alta.



VELOCIDAD MÍNIMA



      Sandra sube al colectivo y mira a los pasajeros como si fueran parte del decorado. Mecánicamente, ella toca el timbre para bajar en el mismo lugar, todos los días , para las mismas labores. El chofer tampoco habrá de terminar su recorrido jamás. El único terror que se apodera de Sandra, del resto de los pasajeros y del chofer es que no se active una bomba al final de la jornada.










lunes, 1 de octubre de 2018



Lo último que se pierde


En la vereda del hospital, sin el amparo de un familiar o un amigo, buscó una botella. En ella metió la receta y la arrojó al río. Durante varios días rogó que un farmacéutico la encontrara.


Fanática

      La bata roja, la Gibson Les Paul, una botella de whisky, habanos, una manta de animal print, un barbijo, el tanque de oxígeno, un calzoncillo, el tubito transparente de la intravenosa del suero, la prótesis dental.  Metió todo al baúl del auto y salió de Banfield a toda velocidad.

Lugares comunes

Fueron cuarenta  años de matrimonio. Sólo coincidieron en el panteón.